Gracias a una SIM Card no dormí en la calle

Singapur, una pequeña isla al sur de Malasia y una ciudad-estado, es un lugar que desborda encanto. Aunque su tamaño es reducido, no significa que no haya nada que hacer o ver. Al contrario, Singapur es uno de esos destinos en Asia que te enamoran a primera vista: una mezcla vibrante de culturas, modernidad y tradición.

Cuando decidí viajar a Singapur, me encontraba en Hong Kong. Había pasado varios días explorando esa fascinante ciudad cuando, en el hostal donde me hospedaba, un viajero con el que crucé caminos me habló de su experiencia en Singapur, Malasia y Camboya. Describió esos lugares con tal pasión que no dudé en seguir su consejo. Me sugirió viajar con la aerolínea Tiger Airways, conocida por ser una de las más económicas en Asia, junto con AirAsia.

Así que, sin saber exactamente qué esperar, empaqué mi mochila y me lancé a la aventura. No tenía muchas referencias sobre qué hacer o ver en Singapur, pero estaba listo para descubrirlo por mí mismo.

La inesperada compra de una SIM Card

Ya en el avión, se me ocurrió comprar una SIM card para el teléfono. Por $20, obtuve internet y llamadas ilimitadas durante tres días. Parecía una buena idea para mantenerme conectado. Sin embargo, al llegar al aeropuerto, me di cuenta de que Singapur es un país extremadamente moderno: ¡había internet gratuito en todas partes! En ese momento pensé que el dinero había sido mal gastado.

Llegué a Singapur a las 11:00 PM. Había reservado un hostal en el centro de la ciudad, pero pronto descubrí que la recepción cerraba a las 11:00 PM. Al saber esto, tomé un taxi para llegar lo más rápido posible, pero el tráfico y mi mala suerte me hicieron llegar a las 11:45 PM.

Una noche que parecía perdida

El hostal estaba en un edificio de cinco pisos. Toqué el intercomunicador varias veces, pero nadie respondió. Desesperado y acompañado de mi novia, empecé a buscar otro alojamiento cercano. Visitamos dos hoteles, pero ambos estaban llenos. Sin opciones, decidimos regresar al hostal con la esperanza de que algún huésped llegara tarde y nos permitiera entrar.

Nos quitamos las mochilas y, resignados, nos sentamos en la entrada del edificio. Para pasar el tiempo, saqué mi teléfono e instalé la SIM card que había comprado en el avión. Entonces, ocurrió el milagro:

Revisé mi correo electrónico y encontré un mensaje del hostal:

Dear Jesús,
Entendemos que su vuelo llega fuera de nuestro horario de recepción. Por esta razón, hemos dejado la llave de la entrada principal en un sobre dentro del buzón, ubicado en la entrada del edificio. También encontrará instrucciones para acceder a su habitación y el número de camas asignadas.

¡Bingo! Los $20 gastados en la SIM card nos salvaron de pasar la noche en la calle. Aún más, quedé asombrado por la confianza del hostal al dejar las llaves a mi disposición. Desde ese momento, mi romance con Singapur comenzó.

Singapur: un destino inolvidable

Durante los días que pasé explorando Singapur, me maravillaron su modernidad, sus calles limpias y su diversidad cultural. Este país, aunque pequeño, tiene mucho que ofrecer. Desde los vibrantes barrios como Chinatown y Little India hasta la icónica Marina Bay Sands, Singapur es un lugar que no deja indiferente.

Eso sí, prepárate: es uno de los destinos más costosos de Asia. Sin embargo, su calidad de vida y atención al detalle justifican cada centavo. Además, su aeropuerto es un punto estratégico para viajar a otros destinos en la región, con conexiones a prácticamente todo el mundo.

Si buscas un país que combine modernidad, cultura y hospitalidad, Singapur debería estar en tu lista. Volvería sin dudarlo.


Autor: Jesús Martínez Rippe
Instagram: @jesusmartinezrippe

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